miércoles, 23 de noviembre de 2016

#6 Estado mental

Probablemente la atmósfera se ha vuelta intensa. El calor burbujeante altera los átomos y nuestro cuerpo se intensifica. El órgano juega sus melodías, el piano en un constante do y mi, las sensaciones crujen los huesos. La carga se vuelve pesada, esta finalizando.

Ya no soy el mismo de hace unos meses, ya no soy el mismo de hace unos años. Individualidad y hogar, dos personas en constante conflicto, agresiones recíprocas, críticas, comentarios descontextualizados carcomieron los vínculos. ¿Qué esta pasando?

Se aproxima otra etapa, las proyecciones juegan sus estadísticas de tiempo... tiempo dispuesto en años, meses, semanas, días, minutos, segundos, milisegundos, ¿cuánto más voy a considerar perdido? Es insana la espera, es insano el proyectar, pero es tan necesario...

Estoy enloqueciendo, no estoy logrando tolerar. El desborde y el comercio entre sistemas esta pudriendo las barreras. ¿Cómo comprendemos que la realidad objetiva no pasa solamente por uno mismo?, ¿cómo comprender que las imágenes son momentos únicos que luego son sobrepasados por otras y solo quedara almacenada en una sola línea recta?

Los cuartos, las paredes, las grietas están asfixiando el ser. El ser caído al mundo, arrojado desde los "cielos", desnudo y débil. La carne con tumores, el estómago ulcerado, el hígado inflamado, enfisemas pulmonares, trastornos cognitivos, demencias. Falta de pertenencia al espacio, falta de autoestima para sobrestimar lo logrado y resignificar el yo.

El cuerpo necesita calor, necesita ser rodeado por brazos. Un abrazo eterno, un silencio creado por una conexión, un detenimiento... ¿del tiempo?, ¿el tiempo de quién?, ¿mi tiempo o el tiempo del "otro/a"?, ¿el tiempo compartido por un vínculo o el tiempo compartido por los semejantes?

Los sueños siguen perjudicando el alma, torturan la psiquis. Quizás reactualizar las imágenes sea la peor mejor buena idea de todas, quizás ser tan evitativo a la realidad no sea sano ni para el ser más razonable y sensato. Si se hubiera compartido más... ¿hubiéramos conseguido más?

Imposible negar lo vivido, imposible negar el presente, imposible adivinar el futuro... ¿acaso todo se trata de aceptación?, ¿hay que aceptar la podredumbre del ser?, ¿un análisis filosófico de nuestra situación basta para con la filosofía de nuestra totalidad de existir?

Querida mente, no se ya que decirte, juegas un juego sin triunfadores y cada buen rato es recompensado con la peor agonía... ¿acaso es tan difícil imaginar una totalidad yoica?, ¿acaso ni el mejor análisis puede redirigir nuestras investiduras a objetos realmente aceptables? La duda, la duda del que duda en merecer.

¿Cómo no dudar?, ¿cómo dudar de las dudas?, ¿cómo ser?... ¿cómo? Cada segundo pareciera una mal jugada, y cada jugada establece una distancia, ¿la paciencia se pide? No se donde. Solo perdón y perdón, no hay espacio para más.

Clic para agrandar.