jueves, 18 de septiembre de 2014

Direcciones


¿Nunca pensaste en gritar? ¿Qué el desahogo sería superior a la carga interna? Cierto acumulamiento de sobrecargas internas/externas estarían generando un choque de placas. Es dañino dar muchas vueltas, se aconsejan tres cada un intento de desborde emocional. Corroboramos un informe sobre trastornos de ansiedad, estaría rozando ciertas anomalías prácticas y mentales. Cierto caudal de energía televisiva, lograría una disminución auditiva como placas giratorias. Los desenfoques provocarían una confusión con el entorno, se morirían miles. Hay ocho direcciones y un centro, cuatro lineales, cuatro en diagonal y una en espiral. La situación puede generar estrés y cierta esquizofrenia, las medicaciones resultan imposibles. El rebose emocional estaría presente en todos los puntos del cuerpo, se recomienda vaciarse, pero tener extremo cuidado en el procedimiento, el esparcimiento sería inmenso.


lunes, 15 de septiembre de 2014

Habitación

Te voy a relatar la habitación en la que me encuentro. Es un sitio bastante oscuro, la poca luz que ingresa proviene de una pequeña ventana con forma de plancha que se encuentra al final de la esquina opuesta a mí. El tapizado de las paredes está muy malgastado y roto. Pueden verse pequeños hoyos posiblemente criaderos de arañas. Me es dificultoso respirar con tanto polvo, la toz quema y me hace inhalar más de aquel aire cargado de mugre. El suelo rechina a cada paso, cruje de manera que cualquier persona pudiese darse cuenta que hay movimientos en la "posible" casa.
Hay una alfombra verde y ordinaria, y la humedad elevo las maderas que se encuentran debajo, generando colinas muy incomodas a la plataforma del pie. La leve luz que ingresa está titilando, como si pasasen varios pies por delante, personas caminando, animales, quien sabe. Se preguntaran como llegue a esta habitación, lo cierto es que no recuerdo nada más que haber despertado aquí, y haber estado replanteándome delicadamente los hechos sin éxito alguno. Me limito a describir el lugar, en busca de encontrar respuestas o algo que me ayude a salir. De lo que no estoy seguro es que si al salir de este sitio voy a encontrar algo mejor y eso me aterra.
¿Quién puede vivir en semejante lugar? Es un alberge de recuerdos, dañados, borrosos, poco nítidos, de aquellos que requieren de un esfuerzo mental único. Se siente que hay mucha historia en estas paredes, y denoto sentimientos de ira, bronca, odio, vergüenza y humillación. Definitivamente la persona que me trajo aquí no está acompañada por la buena racha. Y ni yo me mantengo ajeno a esto.
A medida que pasa el tiempo me siento más unido a este sitio, poso mis dedos sobre la pared y camino en forma cuadrangular. Mi tacto siente como cada yema del mis dedos se recubre de polvo, y sigo acumulándolo hasta formar una especie de rastrillo en la pared. Mi uñas están negras, y trizadas.
Estoy tosiendo, me cubro con mis manos y veo saliva negra, espesa como arcilla, estoy formando parte del sitio. Cada momento camino más lento, y mis dedos siguen sumergidos en el polvo. Siento los pies como anclas lanzadas a la comprensión inmediata de un mundo encerrado en una pequeña habitación. Ya me encuentro en el suelo, arrastrándome, intentando no caer más profundo en aquel lugar, pero ya formaba parte del lugar. Atine a cubrirme entre la alfombra, estaba enrollado en ella. Mi cabeza solo apuntaba hacía una dirección, contraria de la pequeña ventana con forma de plancha, la luz en mis ojos se amoldaba a la oscuridad. Se volvió todo negro, y me deje estar, ya era uno más aquella habitación, un sentimiento a recordar.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Sixtyniner

La realidad y las limitaciones para el ser humano son demasiado injustas para ser ciertas. Y pensar que alentamos tener algo de esperanza, mientras estamos inertemente sumergidos en un mar de porquería ajena a nosotros y a una elección no consultada por nadie de seres arrojados a una inmensidad de chatarra funcionando. Nos equiparamos a las necesidades propias de vivir en un futuro incierto y precoz a la muerte. Nos cansamos, agotamos y estamos odiados de tanto. Ojala hubiese algo más vital que nosotros mismos, algo que nazca de donde nadie imagino, de lo inexplorado, lo inentendible, algo que nos deje sin palabras, y no intentemos buscar el porqué, solo impresionarse y sonreír, que a pesar de tanta amargura, alguna cosa nos hace felices y nos desata un mero rigor de ir por el camino correcto a nuestro entender. Somos tan cómodos a sufrir y tan ajenos a nuestros deseos, que me niego a seguir lo mismo.

Estamos perdidos en un plano de historia, rodeados de tiempo y espacio degradándose en el olvido registrado por pocos capaces de escribir. Damos un suspiro que nadie escuchará, y que nosotros nos negamos a comprender el porqué del mismo. Estamos ahogados de contaminación, aire cargado de combustible barato. Damos vueltas por estanques de agua rancia y descomunal, invisible en rincones vacíos, y existentes para mediocres.

Somos un mar de quejas. Somos una llamarada ardiendo. Somos un grito silencioso. Y un llanto alegre incapaz de ser escuchado. Incapaz de nacer, vitalizarse, transformarse y morir. Somos un ciclo sin comienzo, una estrella apagada que aún brilla en el tiempo. Somos todo y a la vez nada.